Domingo de Ramos:

 

Procesión de las Palmas

 

Es el Domingo de Ramos cuando la alegría llena las calles de la ciudad amurallada, que simulando a la ciudad de Jerusalén da la bienvenida al Hijo de Dios, que llega a la ciudad a lomos de un borrico. Es entonces cuando todos los ciudadanos se echan a la calle para recibirle con ramos de laurel y palmas.

Es justo después de la Solemne Misa de Ramos, cuando la procesión de la Borriquilla se echa a la calle, saliendo de la Catedral y recorriendo las calles de la ciudad hasta llegar al Convento de San Antonio, sede de la Archicofradía de Jesús Nazareno "Medinaceli" que organiza esta procesión. Los hermanos de la Cofradía, ataviados con túnica morada y capa blanca, portando grandes palmas, acompañan al paso de la Entrada de Jesús, que simboliza la llegada de Jesús a Jerusalén. Pero no es esta la única compañía que lleva el paso, ya que un gran grupo de niños pertenecientes a las distintas parroquias de la ciudad, participan también en esta procesión portando ramos de laurel y anunciando la llegada de Jesús a la ciudad.

Este día de alegría es sin embargo el preludio de un tiempo de dolor, agonía y tristeza, que comienzan a manifestarse en la tarde de este Domingo de Ramos, cuando el júbilo y la alegría de la mañana va dejando paso a la reflexión y el recogimiento de la Semana que comienza.

 

         

 

         

 

 

         

 

 

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